Cerca de Merza, en Pazos (al norte de Silleda) se encuentra la cascada con más desnivel de Galicia. Se encuentra en un paraje de gran belleza con grandes bosques de robles, castaños y una gran cantidad de alcornoques. También se observan pinos, y cómo no! algún que otro eucalipto… La zona está llena de rutas para practicar senderismo y es muy fácil encontrar rincones de encanto propio, sobre todo si seguimos el cauce del río plagado de pequeñas caídas de agua
¡Pero toda esta belleza de la naturaleza la puede mejorar el hombre! Después de construir un mirador desde el que poder disfrutar de la cascada, y al comprobar las vistas, sesudos políticos pensaron que faltaba algo en la imagen que se les ofrecía, y decidieron que poner un monumento que realzara las cualidades de aquel paisaje era sin duda lo más adecuado.Como todo, los paisajes deben de evolucionar (pensaron con mucho sentido dichos políticos), y en aquel paraje faltaba sin duda el reflejo de la modernidad que estaba experimentando la sociedad gallega. Así que decidieron que lo más adecuado para enmarcar aquella vista era un puente que pasara por encima de la cascada, permitiendo de este modo el agradable contraste visual de lo tradicional (representado por la cascada que está ahí desde tiempos inmemoriales) y lo moderno (representado por una mole de hormigón bonita a más no poder). Porque pensar que nadie se preocupó del impacto visual que podía tener dicho puente en una zona única de Galicia es demasiado retorcido… ¿No?