jueves, 8 de diciembre de 2011

Burgos-Las Cuevas de Ojo Guareña,


Las Cuevas de Ojo Guareña
Situadas al norte de la provincia de Burgos, con sus más de cien kilometros de galerías subterráneas forman el complejo kárstico más grande de España y uno de los mayores de Europa. Son “Bien de Interés Cultural” desde 19970 y “Monumento Nacional” por la Ley de Espacios Naturales desde 1996.
Según los diferentes hallazgos encontrados demuestran que los pobladores de esta zona han vivido o utilizado las cuevas desde el Paleolítico Medio hasta la Edad Media. Destacando entre otras las siguientes muestras de arte rupestre más importantes de Ojo Guareña:
- Restos de cazadores en la cueva de Prado Vargas, de hace 70.000 años (Paleolítico medio).
- Improntas de pies descalzos en la Sala de las Huellas de hace 15.000 años (Paleolítico superior)
- Pinturas de la Sala de Pinturas en la Cueva Palomera, de hace 11.000 años. (Paleolítico superior).
- Grabados en la Cueva de Kaite de 4.000 años (Neolítico).
- Grabados de la Sala de la Fuente, de la Edad de los Metales.
- Esqueleto de la Sala de la Fuente, de la Edad de Hierro.
- Ermita de San Tirso y San Bernabé de la Edad Media.
El complejo Kárstico de Ojo Guareña esta formado por 18 cuevas principales con más de 100 km. de desarrollo de los cuales 89 Km. se encuentran conectados, entre si, a través de distintas galerías y distintos niveles formando varios pisos que originan un gran laberinto de cuevas.
Las principales galerías de Ojo Guareña son: Cueva y Ermita de San Bernabé, Sumidero del río Guareña, Cueva Palomera, Sima de Dolencias, Cueva Kubía, Cueva de Kaite, Sima de los Huesos, Sima Rizuelos, Cueva Covaneria, Cueva Cornejo, Cueva del Moro, Las Diaclasas, Sima de Jaime, Resurgencia el Torcón, Resurgencia La Torcona, Sumideros del Trema, Ultimo Sumidero del Trema, Cueva la Mina y la última cavidad descubierta en el año 2005 llamada Sima Villallana.
La única cueva visitable es la Cueva y Ermita de San Bernabé , está abierta al público desde 1996, siendo el enclave paisajístico e histórico más emblemático de la zona.
Desde la primera exploración espeleológica llevada a cabo en 1956 por el grupo Edelweiss, en el interior del complejo se han recogido muestras de todas las culturas que se han sucedido en la Península Ibérica. En varias salas se conservan pinturas y grabados rupestres del paleolítico y pospaleolítico y de la Edad de Bronce, así como numerosos restos arqueológicos (cerámicas, armas, huesos, y unas huellas de pies humanos descalzos).
La Ermita rupestre, con fachada de sillar al exterior, conserva una talla de San Tirso del siglo XIII y unas muy interesantes pinturas murales en su bóveda natural.