La montaña,
los valles,
el mar…
El Paraíso es
Verde…
Pero el paisaje…
El paisaje es arcoiris:
Blanco nieve, verde prado, azul marino…
El monte de nuestro origen es de cumbre redonda.
Allí están los castros, el dolmen, las mámoas…
La piedra primigenia.
En el Valle Fértil crecen frutos de cuatro estaciones.
Castañas de otoño, limones de invierno, naranjos de
primavera, vinos de verano…
Y al otro lado, siempre hay un río.
Y luego el Mar…
Los dos mares.
Son bravos y embisten con terquedad la Tierra y las islas para provocar…
La Ría serena…
Galaicos/celtas.
Romanos/galaicos. Suevos, vándalos y alanos.
Vikingos. Piratas de pata palo. Moros invasores.
Nobles y villanos. Monjes galaicos.
El capitán Nemo. Gente que prefiere llamarse Simbad
Marinos que nacen con piel de salitre.
…A todos ellos debemos la frontera de este paisaje:
Los límites del Paraíso Verde.
Hemos de caminar hasta el éxtasis de la montaña.
Descubrir la belleza del valle bebiendo agua de los mil ríos.
Seguir los senderos que nos llevan al bosque de los misterios ocultos.
Perdernos en la contemplación de la vieja aldea cuya sombra permanece
en pié para recuperar los siglos perdidos, cuando el río seca…
Y mirar desde el Faro como se muere
la tarde…
… Porque es la calma quien nos marca aquí el ritmo.
Y aún es posible sentir en el alma la paz sobre la que descansan la
montaña, el valle y el mar…
Los tres paisajes que hacen posible…
¡Galicia, el Paraíso Verde…!
