martes, 29 de noviembre de 2011

ORENSE-Castillo de Monterrei

 


El palacio-fortaleza de Monterrei se encuentra en la provincia de Orense, comarca
de Verín, municipio de Monterrei, parroquia de Santa María, a 72 kilómetros de
Orense. La fortaleza se alza en la confluencia de caminos entre Sanabria y
Orense, cerca del río Támega, en la zona más elevada de un hermosísimo valle,
desde dónde domina el territorio circundante. Hay que destacar su fácil acceso
debido a su cercanía con los caminos que van a Orense y Sanabria, zona
colindante con el vecino Portugal


Para llegar a la fortaleza se toma la N-525 en dirección Orense. Una vez pasado
el puente sobre el río Támega se llega a la Casa do Asistente (justo en el
desvío hacia Mixós), frente a la que se encuentra la capilla de San Lázaro, y
al lado de esta la calle Da Costa, por la que se accede a la fortaleza.

Este monumental conjunto fortificado, en el que se asentaron los linajes de los
Ulloa, los Zúñiga, los Viedma, los Fonseca, los Acevedo y los Duques de Alba,
fue enclave estratégico desde la Edad Media en la frontera con Portugal. Su
historia es extensa pues el valle fue poblado en el siglo X. El castillo fue
constuido en el sigo XII por Alfonso Henríquez, nieto del rey Alfonso VI, y
adquirió importancia en el siglo XIV con Pedro I el Cruel. En 1506 arribó aquí
Felipe el Hermoso para encontrarse con el Cardenal Cisneros y enseñarle su
función como rey de España.
La fortaleza ha ido adaptandose a diferentes estilos a lo largo de su historia.
La Torre de las Damas fue edificada en el siglo XIV. Entre los siglos XV y XVII
los sucesivos condes de Monterrei construyeron el palacio renacentista, la
torre del Homenaje, el hospital de peregrinos y la iglesia gótica de Santa
María. En la Edad Moderna se construyeron dos recintos abaluartados que
encerraban los conventos de franciscanos y jesuitas, bajo la dirección de los
ingenieros militares de Felipe IV, Juan de Villarroel y Carlos de Grunemberg.
La función militar del conjunto fortificado se complementó con la importante
vida cultural de la pequeña corte nobiliaria, en la que se imprimió el primer
incunable gallego y se impartía docencia en gramática, artes y teología.