miércoles, 9 de julio de 2014

El castillo de Neuschwanstein



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El castillo de Neuschwanstein se encuentra en Neuschwanstein, Alemania.

El castillo de Neuschwanstein se construyó en una época en la que los castillos y las fortalezas ya no eran necesarias desde el punto de vista estratégico. En lugar de ello, nació de la pura fantasía: una bella y romántica composición de torres y muros en perfecta armonía con las montañas y los lagos. La combinación de varios estilos arquitectónicos y la artesanía interior han inspirado a generaciones de adultos y niños. Este castillo es un gran tributo a la fantasía y la imaginación, producto en gran medida de la mente de un escenógrafo teatral, que evoca la imagen de un glorioso cisne surgido del lago a sus pies.

 El rey exigió dos condiciones en su construcción: primero, que fuera edificado por trabajadores bávaros y con materiales bávaros, sin apenas excepciones, lo que favoreció la creación de una poderosa artesanía en Baviera, que ha hecho de ella uno de los mayores enclaves industriales de Alemania. Y segundo, que por fuera se asemejase a los castillos de los cuentos de hadas que tanto admiraba en su juventud, mientras que por dentro contuviera todos los avances tecnológicos de la época.

 
Así, ambas exigencias se cumplieron: el castillo asemejó tanto los relatos tradicionales alemanes que fue elegido por la Disney como modelo para el castillo de La bella durmiente (1959), el cual es el principal símbolo (de hecho, hay una réplica en este parque) del Disneyland Resort Paris o Eurodisney. Por dentro, además de continuas referencias a estos cuentos o a diversas leyendas y personajes medievales (Tristán e Isolda, Fernando el Católico), contiene una completa red de luz eléctrica, el primer teléfono móvil de la historia (con una cobertura de seis metros), una cocina que aprovechaba el calor siguiendo reglas elaboradas por Leonardo da Vinci, y maravillosas vistas y paisajes a los Alpes, incluyendo una encantadora cascada que podía contemplarse desde la habitación del monarca.

 
Luis II deja la capital, Munich, y se instala permanentemente en el castillo en 1884 supervisando su construcción, en concreto desde unas escaleras que constituían el lugar favorito para seguir los avances obtenidos. Por no tomar medidas ante las amenazas por parte de la banca extranjera de embargar sus propiedades, es incapacitado en 1886 y muere ahogado en un lago cercano en extrañas circunstancias.

 
 Los descendientes de Luis II vendieron el castillo al gobierno bávaro, pasando más tarde al alemán. La cantidad por la que lo vendieron iguala a los ingresos anuales actuales que el castillo obtiene de los turistas que vienen a visitarlo.

El palacio es propiedad del Estado de Baviera, a diferencia del Castillo de Hohenschwangau, que es de propiedad de Franz, duque de Baviera. El Estado Libre de Baviera ha gastado más de 14,5 millones de ? en Neuschwanstein para el mantenimiento, la renovación y los servicios de visitantes desde 1990.

martes, 27 de mayo de 2014

Catedral de Mármol


La Catedral de Mármol (ubicada junto a la Capilla de Mármol) es una formación mineral de carbonato de calcio, en las costas del lago General Carrera, Chile. A lo largo de los años, las aguas del lago han erosionado los escarpes costeros, creando estas formaciones, las cuales cuando el lago se encuentra en un nivel bajo, se pueden recorrer interiormente en pequeñas embarcaciones.

Consiste en unos cuantos islotes ubicados a escasos metros de la orilla del lago, que reciben los nombres de Catedral de Mármol, Capilla de Mármol y Caverna de Mármol.

Se puede acceder a estas formaciones vía lacustre en pequeñas embarcaciones desde la localidad de Puerto Río Tranquilo (en la comuna de Río Ibáñez, a 223 km de Coyhaique, capital de la Región de Aysén). Desde aquí se pueden alquilar pequeñas embarcaciones, que recorren el sector de la Catedral de Mármol.

lunes, 14 de abril de 2014

Salto Ángel [Venezuela]: La caída más alta del mundo América



 
La cascada Salto Ángel mide 967 metros de altitud y se encuentra en el Parque Nacional de Canaima.
Una enorme columna de agua que brota furiosamente de la imponente pared de roca descarnada del tepuy Auyantepuy cae con un ensordecedor bramido y desaparece entre una densa bruma de agua pulverizada antes de alcanzar el río Churún. Así es Salto Ángel –en algunas guías también figura como Salto del Ángel o Angel Falls en inglés–, la cascada más alta del mundo con sus 979 metros de altitud, de los cuales tan solo 807 son caída continua, mientras que el resto son pequeños saltos de agua igualmente  impresionantes.
La cascada Salto Ángel se encuentra en el Parque Nacional de Canaima, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994. Un capricho de la naturaleza lleno de ríos, selvas tropicales y 115 tepuys, mesetas rocosas elevadas de origen precámbrico, con bordes casi geométricos cincelados por la erosión durante millones de años. Los geólogos coinciden en datar este lugar como anterior a la irrupción de la vida sobre el planeta, pero no hay mucha unanimidad acerca de quién descubrió el Salto Ángel. Los venezolanos lo atribuyen al explorador Ernesto Sánchez, que en 1910 notificó el hallazgo al Ministerio de Minas e Hidrocarburos en Caracas. La historia, sin embargo, ha querido dejar como su descubridor al piloto norteamericano Jimmy Angel, que en 1937 aterrizaba accidentadamente sobre la cima del tepuy convirtiéndose oficialmente en el primer ser humano que ponía el pie sobre el Auyantepuy, dato más que suficiente para bautizar la cascada como Salto Ángel en su honor.
La Montaña del Infierno
Esta enorme catarata siempre ha vivido envuelta en un halo de magia. Los indios pemones, nativos de la tierra y que en nuestros días compaginan sus tradiciones ancestrales con sus tareas como guías turísticos, ya la conocían antes del incidente aéreo de Jimmy Angel. La llamaron kerepakupai verá o kerepakupai merú, que significa “salto desde el lugar más profundo”, pero lo hicieron desde el terror. Porque el Auyantepuy, para ellos Montaña del Infierno, albergaba a los mawariton o “espíritus malignos”, y en especial a Tramán-Chita, el ser supremo del mal. Hoy sabemos que la rabia de esta catarata no se debe a ningún diablo sino a la fuerza del agua de las intensas lluvias tropicales que se concentran y descargan únicamente sobre el propio tepuy. Por eso no hay río propiamente dicho, sino riachuelos improvisados que serpentean sobre la planicie hasta confluir en la ladera. La lluvia que da vida al Salto Ángel puede también ser un estorbo para el viajero: a mayores precipitaciones, más posibilidades de toparse con nubes que imposibiliten totalmente su vista. Por el contrario, en la época seca (entre diciembre y marzo) el cielo suele estar raso aunque la catarata también cae más escuálida. La virulencia del torrente, unida a lo escarpado de las paredes del tepuy, dificulta el crecimiento de vida vegetal, así como las migraciones animales. De ahí que en la cima se hayan encontrado especies de flora y fauna endémica, como ciertas plantas carnívoras que solo habitan en las cimas de estas mesetas.
Aventura río arriba
Acceder hasta Salto Ángel es toda una aventura, pues el acceso hasta el parque nacional solo es posible en avioneta y, según los caprichos de la meteorología, la lluvia y la niebla pueden convertir el vuelo en una azarosa travesía. Un baño en las frías aguas del lago Canaima, rodeadas de una tupida vegetación de árboles tropicales y palmeras, será un buen bautismo de emociones. Primero porque en el lago hay bastante corriente: el agua entra con fuerza por los saltos Hacha, Golondrina y Ucaima y sale por el Salto Ara, un desnivel por el que el río sigue su curso. Pero, además, las playas de arena blanquísima contrastan con las aguas rojizas y hasta llenas de espuma. No hay nada que temer: no es contaminación sino el efecto de los taninos y la saponina procedentes de la vegetación. En Canaima se puede contratar un vuelo de unos 45 minutos en avioneta para sobrevolar el Cañón del Diablo formado por las aguas del río Churún hasta el Salto Ángel. La opción más intensa implica remontar río arriba a bordo de una curiara (un tipo de canoa indígena con motor fuera borda) y culminar el trayecto con una caminata de una hora hasta el mirador frente al Salto Ángel.
La travesía hasta Salto Ángel
A lo largo del camino, casi seguro nos visitará alguna lluvia caprichosa y podremos aspirar el aroma a selva mojada, descubrir cómo la falta de nutrientes del suelo lleva a los árboles a desplegar las raíces por la superficie en busca de materia orgánica en descomposición, contemplar el colorido plumaje de los guacamayos, sentirse a merced del río en los rápidos de Mayupa y escuchar el ensordecedor rugido de las cataratas que caen desde los tepuys. Porque, aunque la cascada Salto Ángel es la más famosa, a lo largo de todo el cortante del Auyantepuy manan magníficas caídas de agua –como el Churún-Merú– que se precipitan al vacío rodeadas de enigmáticas nubes de vapor. Una imagen fascinante que inspiró la escenografía de la película Avatar, de James Cameron, o incluso la cima donde se posaba la casa con globos del filme de animación de Disney Up.

viernes, 21 de marzo de 2014

Aquis Querquennis, un complejo de epoca romana en Ourense.

Excavación de Aquis Querquennis


Siguiendo la carretera OU-540 después de la población de Bande, hacia el Sur, a la altura del pueblo de Os Baños, hay un desvió a la izquierda por una pista, con el destino que nos ocupa bien señalizado, después de unos cientos de metros hasta la ribera del embalse de As Conchas nos encontramos con los cimientos de lo que fue en su día el campamento de la III cohorte de la Legio Gemina VII, con base en León.
Este Castra estuvo ocupado desde finales del siglo I a mediados del siglo II y es uno de los dos campamentos romanos conocidos en Galicia, el otro es el de Cidadela en Sobrado dos Monxes, Lugo.

Tras varias campañas de excavaciones arqueológicas, que aun continúan, fueron quedando a la vista diversas partes del campamento, como el cuartel general del mismo, los almacenes y los barracones de los soldados.








Antes de llegar al yacimiento podemos visitar el centro de interpretación en el que veremos una pequeña exposición de objetos exhumados en el yacimiento, mapas y videos que nos ayuden a comprender el contexto geográfico e histórico del lugar.
Unos metros antes del centro de interpretación, veremos una curiosa casa, construida al estilo de la arquitectura romana y que es la residencia para los arqueólogos durante las campañas de excavación.
Una vez documentados nos dirigimos al campamento a unos 100 metros, observando sus murallas reconstruidas y los arcos de una de de las puertas como debía de ser en su época de ocupación, impresiona la organización del espacio y lo bien distribuido que esta todo.
Si continuamos el camino que sigue de largo, un poco más allá vemos los cimientos de una mansio viaria, que a la manera de los hostales de hoy en día, se situaban a lo largo de la vía romana intercalados por una jornada de camino.
Pero la visita no se acaba aquí, mas adelante están los restos del antiguo pueblo de Baños, estación termal desde la antigüedad hasta que fue inundado por el embalse.
Y donde aun podemos disfrutar de un baño en sus aguas termales a 48 grados º de temperatura, con propiedades salutíferas dermatológicas entre otras.
Hay que destacar el bonito bosque autóctono con robles y encinas que se extiende desde la orilla del embalse hasta la carretera.
Una visita muy completa conociendo un poco más del pasado romano de la zona con la posibilidad de un baño termal al aire libre ,y todo gratuito.
Lo malo es que en las temporadas que el embalse está lleno, apenas se puede ver la mitad del yacimiento y las termas están cubiertas por el agua embalsada del rio Limia.
 

viernes, 13 de diciembre de 2013

La Muralla China




No hay duda de que la Muralla China es emblema y embajadora del país en cualquier rincón del mundo. Considerada entre las Nuevas Siete Maravillas, es un cóctel perfecto de historia, arquitectura y atracción turística, capaz de dejar boquiabierto a un envidiable número de visitantes cada año.

La Gran Muralla China es en realidad una serie de varias murallas que se construyeron durante más de un milenio para proteger el territorio contra el avance de los enemigos. Fue la Dinastía Ming la que estuvo a su cargo durante los últimos años, y a ella se debe la actual apariencia de la Muralla.
 
Nada menos que 4.000 kilómetros son los que recorre esta inmensidad china, y a su paso se erigen torres de vigilancia que permitían a los centinelas vigilar la zona desde las alturas. En estos puestos vivían y se comunicaban entre ellos encendiendo una fogata en caso de peligro inminente.

El tramo más conocido de la Muralla, que en total se extiende desde las montañas de Corea hasta el Desierto de Gobi, es llamado Badaling. Fue restaurado recientemente y es el más visitado por los turistas. Está ubicado a 70 km. de la capital china.
 
Las otras partes del monumento, menos concurridos por el turismo, son Simatai, Jinshanling y Mutianyu. Estas zonas, no tan conservadas en su mayoría, son también representativas del total del recorrido y es muy recomendable tratar de acercarse y descubrir algo de sus extensiones, para no limitarse a conocer los abarrotados caminos de Badaling.

Es importante tener en cuenta que recorrer la Gran Muralla China no es un paseo para cualquiera. Su estructura serpentea horizontalmente y también abunda en ascensos y descensos debido al terreno. Muchas escaleras y rampas son parte del camino y requiere un buen estado físico el trasladarse un tramo considerable sobre esta superficie.
 
Sin embargo, vale la pena el esfuerzo: esta maravilla mundial es sin dudas un destino mágico y cautivador, que enamora a cuanto visitante llega a ella. Observar el amanecer desde sus alturas es algo que recomiendan tanto los turistas como los habitantes locales.