lunes, 25 de febrero de 2013

Isla MAURICIO








La isla MAURICIO,es unpais insular ubicado al suroeste del oceano índico, a 900 kilómetros de las costas orientales de Madagascary aproximadamente a 3.943 kilómetros al suroeste de la India.





La Isla Mauricio se caracteriza por la riqueza en su paisaje. Es atravesada por tres montañas de origen volcánico; la primera con 827 metros de altura sobre el mar es Piton de la Riviere Noire; después están Moka Port Luis y Grand Port Savanne con 820 y 811 metros de altura respectivamente.
                       






Entre los picos montañosos, la isla es surcada por verdes llanuras, ríos y lagunas. Sus costas con arena blanca y fina. Su mar de agua cristalina y esmeralda, es cálido durante todo el año. Las costas están bordeadas por impresionantes bancos de corales. Un lugar glorioso que sin duda hay que conocer.

 


Antigua colonia portuguesa, holandesa, francesa y británica, Mauricio es un hoy un destino multicultural con una densa historia, una excelente oferta de ocio y una rica y variada gastronomía.

Mauricio brinda a los turistas la posibilidad de realizar numerosas actividades en contacto con la naturaleza como senderismo o trekking, además de disfrutar de sus cálidas aguas -que oscilan entre los 23 y 27 grados- practicando diversas actividades acuáticas. Resulta especialmente interesante la práctica del buceo gracias a los cientos de kilómetros de jardines de coral con los que cuentan las cristalinas aguas de la isla

jueves, 14 de febrero de 2013

El castillo de Butrón


El castillo de Butrón se alza sobre un monte de poca altura que se encuentra en medio de un compacto bosque de robles en el término municipal de Gatika, a 20 kilómetros de Bilbao.

Los orígenes del edificio se remontan a la Edad Media, si bien su aspecto actual responde a una remodelación muy profunda, efectuada en el siglo XIX por el marqués de Cubas. En el siglo XIV la torre primitiva fue transformada en un castillo inexpugnable. Sobre sus muros flotó siempre el temido pendón de los Butrones, cabezas del bando Oñacino, los caudillos más famosos de la comarca y los más fuertes y pendencieros banderizos del país.

Su evolución viene seguida de toda una serie de leyendas que, unidas a la realidad, tienen como protagonistas las luchas entre dos familias de nobles, los Gamboinos, que eran los dueños del castillo, y los Oñacinos. La pelea se saldó con varios muertos. Con los Reyes Católicos, estas construcciones se convirtieron en las residencias habituales de los nobles.

En el siglo XIX su primitiva forma medieval fue alterada. El Marqués de Torrecilla, don Narciso de Salabert y Pinedo, último propietario de las ruinas de Butrón, con las rentas que le producían los caseríos que poseía en Bizkaia, mandó reconstruir el castillo con un estilo exótico, similar a los que en Baviera levantó el romántico rey Luis de Baviera. El castillo fue planeado por el Marqués de Cubas, inspirado en formas góticas, nórdicas y fantásticas, inventándose almenas, cubos y ventanas. El maestro de obras fue don Nicomedes de Eguiluz y de la decoración escultórica se encargó Adolfo de Areizaga. La lenta reconstrucción, limitada a los requeridos ingresos de las rentas, comenzó en el siglo XIX y terminó a principios del siglo XX, en tiempos de don Andrés Avelino de Salabert y Arteaga, Marqués de Torrecilla. Después de éste, el castillo pasó a los Duques de Medinaceli y luego a la Duquesa de Cardona.


El castillo de Butrón constituye uno de los edificios-fortalezas más destacados de Vizcaya. La impresionante visión de este edificio elevándose hacia el cielo le otorga un aspecto impactante. Toda la obra es de grandísima solidez como así lo demuestran sus muros de 13 pies de espesor. Destacan dos cubos circulares de gran grosor y con multitud de vanos. La torre del Homenaje, los chapiteles y los garitones aportan al edificio un matiz decorativo. La torre del homenaje data del siglo XIX, y se eleva por encima de todo el edificio.

Con la reconstrucción realizada en el siglo XIX, el castillo se convirtió en un apiñado conglomerado de cubos y torrecillas que se alza en medio de un frondoso parque. De las antiguas ruinas sólo se conservó la planta baja de uno de los torreones.

El castillo es una preciosa construcción realizada en piedra labrada y trabajada. Gracias al color de su piedra, se aprecia de forma clara la parte más antigua. El esfuerzo artístico se manifiesta en sus detalles decorativos que dotan al conjunto de una enorme belleza