El último paraíso del Mediterráneo.
Formentera es conocida como el último
paraíso del Mediterráneo por haber sabido conjugar el turismo con la protección
del medio ambiente.
La lucha de varias generaciones de
formenterenses ha hecho posible la conservación de una isla cuyas playas, aguas
cristalinas y clima, la hacen ser una pequeña joya del Mare Nostrum.
Sólo se puede llegar a Formentera en
barco desde Ibiza. Esta inaccesibilidad la convierte en un lugar tranquilo
donde huir del estrés y de la masificación. Se puede disfruetar de la isla
paseando en bicicleta o bañándose en su más de 20 km de playas de arena blanca
y aguas de transparencia infinita, donde es posible practicar todo tipo de
deportes náuticos.
El secreto de la existencia de un mar cristalino y de las
largas playas de Formentera que la diferencian del resto del Mediterráneo, es
la pradera de posidonia que rodea la isla, una depuradora natural que limpia el
agua y permite la sedimentación de la arena en el litoral. Una auténtica selva
submarina que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999.
El éxito turístico de la isla, amada
tanto por residentes como por visitantes, radica en que la gente todavía
encuentra en Formentera algo diferente. La diferencia la marca el respeto por
la naturaleza, la pervivencia de su propia cultura y la visión de conseguir la
exclusividad a través de la protección del medio ambiente.
Otros hechos diferenciales de Formentera
son la libertad y su luz, que se han convertido desde los años 70, en
atractivos para artistas y artesanos que hoy en día son parte del patrimonio
diferencial de la isla. Sus diseños en ropa, complementos y joyas, o sus obras
de arte, son poderosos reclamos de Formentera.